“¿Cuántas cosas dejan huella?
¿cuántas cosas se recuerdan?
¿cuántas brillan en el tiempo aunque no están?
¿cuántos rastros? ¿cuántas cosas? ¿cuánto al fin es lo que importa? ¿qué momento en la vejez te abrigará?” Pedro Guerra.
Una mañana en la ciudad de Bogotá, en el barrio la Candelaria, junto a Nana Valentina, Alejandro Romero y William Duque tuvimos el placer de acompañar a Rafael Sanz Hurtado en su grabación y dirección del vídeo “Dulce Mañanita” para su amigo de Pasto quien estaba acompañado por su novia holandesa. El ambiente fue de mucho color, guitarra, canciones, baile, gente, calles angostas, fotografía y una pareja que expresaba su complicidad no sólo durante la grabación del vídeo, sino en los momentos de descanso.
Cada día que pasan nuestras acciones van dejando una huella no sólo en nosotros sino en los demás y en ocasiones ni siquiera somos conscientes del gran impacto y trascendencia que pueden llegar a suscitar en el alma de las personas. Somos seres humanos imperfectos pero con gran capacidad de dejar huellas positivas y es así como desde la fotografía sueño por dejar una de esas huellas indelebles. La vida es alucinantemente maravillosa, pero en sí no es fácil, todos luchamos por nuestros sueños en medio de retos y quizás algunas dificultades las convertimos en oportunidades, pero en ocasiones no. Cuando te detienes a observar una fotografía, y algo llama tu atención, se sobresalta de alguna forma la tridimensionalidad de nuestro ser, más allá de una imagen bonita, creo cuando te conectas con una fotografía asocias emociones, sensaciones, recuerdos y sentimientos creando una especie de desplazamiento mental de tu cuerpo y de tu espíritu. Mi reto y mi huella están en que más allá de que reconozcan mis fotografías, está en que una imagen evoque vida y reconocimiento de vida en cada persona.
Dedicado a esa bella pareja “nómada”, quienes con buena vibra nos cantaron en medio de una de noche de pasta y vino.